¡Vaya!

 

Sabes que mejorar el sueño de tu hijo/a tendrá consecuencias muy positivas en su desarrollo y en el bienestar de tu familia, pero no te decides a dar el paso y contratar una asesora de sueño infantil.

Entiendo que pienses que quizás no funcione con tu hijo/a, que el precio no corresponde a tu bolsillo, que no es buen momento para hacer un plan de sueño o lo que te ronde ahora mismo en la cabeza. Créeme que te entiendo. Yo fui una mamá con una gran falta de sueño y descanso y fui la primera que dudé de este servicio en su momento.

Pero gracias a que opté por dar el paso y contratar a una asesora del sueño, mi vida y la de mi familia cambió. Y fíjate si cambió que decidí dejar mi antigua profesión para dedicarme a ayudar a familias con el sueño de sus hijos/as. Si ya dormía bien tras contactar con esta asesora, imagínate qué feliz me voy ahora a la cama sabiendo que ayudo a muchas familias que están pasando lo mismo que la tuya.

No tienes por qué contratar ya mis servicios. Quizás por ahora puedes contactarme y vemos juntos la mejor solución, porque créeme que la hay.

¿Tampoco me quieres contactar?

 ¿No consigo convencerte? ¡Pues poco me queda por hacer! Solamente recomendarte alguna cosa que puede ayudarte con ese cansancio y falta de sueño.

  • Pide ayuda

    Pide ayuda a familiares y amigos, que no te avergüence. Que se encarguen de tu hijo/a mientras tú duermes una larga siesta o una noche del tirón.

  • Cuida tu dieta

    Sigue una dieta diaria sana, equilibrada y variada. Ayudará a que tu cuerpo tenga más vitalidad y energía.

  • hidrátate

    Mantén una hidratación adecuada, al menos 1,5L de agua al día.

  • Muévete

    El deporte nos da un chute de energía porque cuando nos ejercitamos liberamos endorfinas y nos llena de vitalidad.

  • toma el aire

    Haz alguna actividad al aire libre, sal a pasear. Hay días que entre unas cosas y otras no disfrutamos del exterior y del aire.

  • medita

    Medita o encuentra tu actividad relajante.

  • evita las pantallas

    Evita exponerte a la luz de los móviles, televisiones, ordenadores, etc. antes de irte a dormir porque dificulta la producción de melatonina y dificulta la conciliación del sueño.